Más de 180 especies de aves surcan los cielos de Madrid, una biodiversidad favorecida por espacios verdes como El Pardo, la Casa de Campo o el Manzanares.
Además de las aves residentes, en Madrid se pueden observar otras que viven en la capital sólo en primavera o en verano, y también aves de paso migratorio, que paran en la zona camino de otras regiones.
“De Madrid al cielo”, reza el dicho popular, y el cielo de Madrid no sería lo mismo sin sus aves. Siempre presente, la fauna alada es un tesoro que enriquece la biodiversidad de la capital, aunque a menudo pasa desapercibida delante de nuestros ojos.
Pese a ser una gran urbe, la extensa red de parques de la ciudad y la existencia de espacios naturales de alto valor ecológico como el río Manzanares, la Casa de Campo o el Monte de El Pardo hacen que en la capital puedan avistarse más de 180 especies de pájaros. “La riqueza y variedad de especies de aves en Madrid es muy relevante, y esta diversidad es un claro ejemplo de calidad medioambiental de la ciudad”, señala la bióloga Eva Banda, instantes después de soltar un ejemplar de martín pescador que acaba de anillar en el parque de Juan Carlos I.
Esta investigadora forma parte del Grupo de Seguimiento de Biodiversidad de la Universidad Complutense y lleva más de 20 años anillando aves en los parques madrileños, una práctica que permite identificar a cada ave para hacerle seguimiento.
Eva Banda indica que actuaciones como la renaturalización del río Manzanares o la creación de grandes parques urbanos han sido claves para la buena salud de la avifauna de Madrid. “Las aves son muy agradecidas y enseguida hacen suyo un lugar que cubra sus necesidades, del mismo modo que lo abandonan si detectan problemas”, explica la bióloga, quien además destaca como un factor determinante “la aportación histórica de dos espacios naturales como la Casa de Campo y el monte de El Pardo”. En este último anidan especies tan espectaculares como el águila imperial ibérica.
En los últimos años ha aumentado la superficie de parques urbanos en Madrid, y por tanto el hábitat para las aves capitalinas. Todo indica que en el futuro se va a consolidar esa tendencia, con proyectos incipientes como la futura “Casa de Campo del Norte”, que prolongará la masa forestal de Valdelatas. El extenso corredor verde del proyecto Madrid Nuevo Norte, limítrofe con ese gran pulmón del distrito de Fuencarral-El Pardo, aportará también su grano de arena, uniendo el eje de la Castellana con El Pardo, y prolongando la red de zonas verdes existentes, en una sucesión lineal de nuevos parques. Además, el futuro Parque Central plantará 13 hectáreas de vegetación y de árboles de gran porte, y servirá de nuevo refugio para las aves y la biodiversidad de la zona.
Migratorias, estivales e invernantes… no son lo mismo
Eva Banda se resiste a destacar unas pocas especies de aves como las más emblemáticas de Madrid. “Cualquiera de esas más de 180 especies que, sabemos, viven o nos visitan, es igual de importante”, aclara. Empezar por diferenciar entre las aves que conviven con los madrileños durante todo el año y las que lo hacen de forma ocasional es un buen camino para entender a estos seres alados un poco mejor y, por tanto, disfrutar de ellos.