Creado en 1993 recuperando caminos históricos, es el itinerario a Compostela que más se aparta del asfalto, ya que el 90% de su trazado discurre por pistas, senderos y cañadas.
De Madrid a Sahagún, donde enlaza con el Camino Francés, hay 350 kilómetros que discurren por todo tipo de paisajes: urbes, parques nacionales, alta montaña, campiña, pinares y tierra de campos.
El puerto de la Fuenfría, con sus 1.796 metros de altitud, es el punto más alto de todos los Caminos de Santiago de la Península.
Los Caminos de Santiago que recorren el norte peninsular son, desde 2015, Patrimonio de la humanidad de la UNESCO. Pero, ¿sabías que existe un ramal de esta histórica red de senderos que parte de la ciudad de Madrid y trascurre por Chamartín y Fuencarral, muy cerca de Madrid Nuevo Norte?
Nadie se imagina a un peregrino del siglo XIII viajando hasta Roncesvalles, Somport o Irún para iniciar ahí el Camino de Santiago. No hubiera tenido sentido, ya que todos ellos salían de sus lugares de origen y se dirigían, por los itinerarios más directos posibles, en busca del llamado Camino Francés. Esa era la ruta más transitada y en ella contaban con infraestructura de apoyo, coincidían con otros caminantes y no viajaban solos.
Ese es el espíritu con el que, en 1993, la Asociación de Amigos de los Caminos de Santiago de Madrid, decidió dibujar esta senda desde la ciudad del mundo que más peregrinos aporta al Camino. Definiéndola y marcándola con las conocidas flechas amarillas, mojones de piedra y, más recientemente, con unas señales en el suelo, “con la estrella del camino y el oso del escudo de Madrid sujetando un bordón de peregrino”, nos cuenta Jorge Martínez-Cava, presidente de la citada asociación jacobea.
Según Martínez-Cava, desde Madrid hasta Sahagún, donde enlaza con el Camino Francés, “hay 350 kilómetros, que se suelen hacer en 13 etapas. El paisaje es muy variado; podemos ver casi todos los ecosistemas: urbes, parques nacionales, alta montaña, campiña, pinares, tierra de campos… este es el único Camino de Santiago dentro de España en cuyo 90% del recorrido no se pisa asfalto. Además, hay 35 albergues y lugares de acogida, así como hostales con precios especiales para los peregrinos”.
El Camino de Madrid sigue, básicamente, el trazado de la vía romana XXIV del Itinerario Antonino. Actualmente “es un camino muy solitario. De hecho, en 2018 sólo hubo 2.000 peregrinos”, comenta Martínez-Cava. “Las etapas son largas. No es un camino para novatos. Es para el que busca vivir un camino similar al Camino Francés hace 30 años”, advierte.
La ruta parte de la Real Iglesia Parroquial de Santiago y San Juan Bautista (calle Santiago, 24), muy cerca de la plaza de Oriente y el Palacio Real. Allí se puede solicitar la credencial del peregrino, que sirve para poder pernoctar en los albergues públicos. El camino sigue dentro de la ciudad por la plaza de Isabel II, Costanilla de los Ángeles, calle de las Conchas, calle de las Veneras, plaza de Santo Domingo, calle de San Bernardo, glorieta de Quevedo y la calle Bravo Murillo, antigua carretera de Francia, hasta la plaza de Castilla. “Allí, en la estación de autobuses, ponen el primer sello en la credencial a los peregrinos”, nos dice Martínez-Cava. “Más tarde, también podrán sellar en Montecarmelo”.