Haga sol o nieve, el subsuelo se mantiene a temperatura constante tan sólo unos pocos metros bajo nuestras ciudades. Esto supone una oportunidad para obtener energía hasta hace poco olvidada y que hoy aprovecha la geotermia.
Esta técnica que extrae la energía de la tierra haciéndola emerger hasta la superficie sirve ya para climatizar edificios y tiene un enorme potencial para aportar energía a escala de ciudad.
Los grandes proyectos de ciudad como Madrid Nuevo Norte representan una gran oportunidad para incorporar estas innovadoras redes de calor basadas en energía local, renovable y de cero emisiones.
Bajo nuestros pies hay un tesoro que no vemos y que está aún muy poco explotado. Incluso cuando el frío del invierno aprieta, a decenas de metros por debajo de nuestras casas la temperatura es estable, y este hecho representa una oportunidad para conseguir energía limpia, hasta hace poco desaprovechada. La geotermia, la técnica para extraer y utilizar esa temperatura constante y llevarla hasta nuestros edificios, se postula como impulsora de una de las fuentes energéticas más eficientes y sostenibles.
Aunque el poder energético del subsuelo se manifiesta de forma natural desde el inicio de los tiempos, sobre todo en aguas termales, volcanes y géiseres, fue a lo largo del siglo XX cuando su aprovechamiento avanzó de forma exponencial, muy especialmente en las últimas décadas en el norte de Europa y Norteamérica. Este modelo empezó entonces a difundirse para la climatización de viviendas unifamiliares, hace unos años dio el salto a su uso en bloques de casas, y ahora comienza a verse como una oportunidad para formar parte de las infraestructuras energéticas de distritos enteros.
¿Qué es la geotermia?
Aunque la geotermia es realmente una rama de la geofísica, la ciencia que estudia las condiciones térmicas de la Tierra, el término se ha popularizado gracias a una de sus áreas más utilitaristas, que aplica estos fenómenos de calor en el interior de la Tierra para convertirse en una fuente de energía. Una energía que se puede utilizar en procesos industriales e incluso para generar electricidad, pero la aplicación que está experimentando un desarrollo más prometedor es la climatización de edificios, un uso que puede desarrollarse mucho más en los próximos años.