Madrid fue en los años 50 y 60 escenario de grandes superproducciones de Hollywood
Las grandes estrellas del cine americano disfrutaron de los encantos de la ciudad y algunas llegaron a vivir varios años en la capital.
Su paso por la villa y corte se refleja en una exposición fotográfica que se puede visitar hasta enero.
Los numerosos estudios cinematográficos que florecieron en la capital española durante los años 50 y 60 hicieron que sus calles y su patrimonio natural y monumental vivieran una edad de oro como platós de cine. Esta efervescencia atrajo a numerosas estrellas, productores y directores de Hollywood.
En esas décadas se rodaron superproducciones como 55 días en Pekín o La Caída del Imperio Romano, lo que fue posible gracias a las buenas y restauradas relaciones con Estados Unidos, las facilidades en materia de permisos de rodaje y lo económico que resultaba rodar en el país. El clima soleado y la variedad de escenarios naturales, que podían mimetizarse con muchas zonas del mundo, aumentaban el atractivo de la región de Madrid para la industria del cine.
Repasamos con Esperanza García Claver, comisaria de la exposición MAD about Hollywood, el paso por la capital de estos mitos de la gran pantalla a través del objetivo de los fotógrafos de la época, que los inmortalizaron dentro y fuera de los sets de rodaje.
Ava Gardner fue la estrella que más tiempo se quedó en la capital, de 1955 a 1968, como recuerda la serie televisiva Arde Madrid, que acaba de estrenar Paco León. Su llegada fue poco después de entablar amistad con Grace Kelly en el rodaje de Mogambo (1954). La propia Kelly, que dos años más tarde se convertiría en princesa de Mónaco, recaló en Madrid en más de una ocasión, como parte de su luna de miel, cuando Rainiero y ella se alojaron en el Ritz, privilegio del que no gozaron otros actores, ya que en esa época el hotel vetaba la entrada a artistas del espectáculo.
Para aquellos que no eran miembros de la aristocracia o de las fuerzas armadas -este último era el caso de James Stewart- la vida pivotaba alrededor del Castellana Hilton, el actual hotel Intercontinental, en el paseo de la Castellana, que había abierto sus puertas en 1953. El glamour de aquellas estrellas parece haberse congelado en su interior, desde su escalera de mármol hasta la suite 716 que ocupó durante largas temporadas Ava Gardner antes de fijar su residencia en la capital española, primero en un chalet de la Moraleja y después en un dúplex en la calle Doctor Arce, en el barrio del Viso.
Así era la vida de las grandes estrellas en Madrid
No quedaban lejos del hotel la embajada americana ni algunos de los locales de copas que surgieron conjugando la entonces combinación perfecta de cócteles y jazz para atraer a este universo en el que se mezclaban artistas, aristócratas, ministros, toreros y empresarios. Entre los establecimientos más cercanos figuraba Nikka’s, fundado por Nicholas Ray, director de 55 días en Pekín, en la confluencia de la calle Cartagena con la avenida de América. Otros locales frecuentados eran Riscal (Marqués de Riscal, 11), Jockey (Amador de los Ríos, 6) y el mítico Whisky Jazz Club, entonces en Marqués de Villamagna, 10. También formaban parte del circuito Oliver, en Almirante, 12), Florida Park, en el Retiro, Pasapoga en el número 37 de la Gran Vía y, por supuesto, el coctel bar elevado a museo, Chicote, en el número 12 de esta representativa arteria de la capital. Pero si lo americano estaba en alza, la noche pasaba ineludiblemente también por lugares de encuentro con el flamenco, como Villa Rosa (plaza Santa Ana, 15) y El Corral de la Morería (Morería, 17).