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Los mejores yacimientos arqueológicos de Madrid

  • Madrid

En Pinilla del Valle se encuentra uno de los yacimientos de neandertales más importantes a nivel mundial.

Los yacimientos del mesozoico confirman que la región de Madrid fue mar hace millones de años.

 

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Excavaciones en Pinilla del Valle. Foto: madrid.org

 

La capital y su provincia son tan atractivas por lo que muestran como por lo que esconden. Decenas de yacimientos paleontológicos y arqueológicos distribuidos por la región dan fe de sus ricas y heterogéneas vivencias a lo largo de millones de años, revelando secretos a veces sorprendentes. Un fósil marino de 85 millones de años, mosaicos romanos, una necrópolis visigoda, aportaciones árabes, judías o mudéjares: Madrid tiene paseos con los que sumergirse en el pasado para todos los gustos e intereses.

Los arqueólogos y los paleontólogos son quienes nos permiten acceder a todo el conocimiento que el paso de la historia sepulta bajo la superficie donde vivimos. La profesión arqueológica no tuvo reconocimiento oficial en nuestro país hasta 1911, pero contaba ya con insignes pioneros como el geólogo Casiano del Prado, que en 1862 descubrió las primeras hachas de piedra talladas (bifaces) en la zona del actual cementerio de San Isidro.

Enrique Baquedano, director del Museo Arqueológico Regional de la Comunidad de Madrid (ubicado en Alcalá de Henares) hace un alto en las excavaciones que dirige en el ‘Valle de los Neandertales’ de Pinilla del Valle para ilustrarnos en este recorrido. “La Comunidad de Madrid es excepcionalmente rica en yacimientos paleontológicos y arqueológicos por varias razones”, explica. “Una es geográfica. Nos encontramos al sur del sistema central que es un paso obligado a través de Somosierra y de los valles y además su sistema hídrico (la llamada “cuenca de Madrid”) da lugar a una ocupación intensiva en todos los periodos geológicos e históricos porque los humanos tendemos a estar próximos al agua, de la que dependemos, y las vegas son las zonas más fértiles en restos arqueológicos. Otra razón es que se hace mucho trabajo de infraestructuras en el subsuelo. Por ejemplo, cuando se hizo la T4 aparecieron 21 yacimientos”.

 

Cuando Madrid era un mar

Estas obras que excavan el subsuelo han posibilitado instalaciones museográficas en la propia capital como las del intercambiador de Príncipe Pío y la estación de Metro Carpetana, donde se pueden admirar hallazgos paleontológicos de hace 15 millones de años. Hay más de 20 yacimientos visitables para disfrutar de la arqueología y la paleontología madrileñas y otra veintena en estudio de los que algunos admiten visitas concertadas. El experto recomienda “Primero leer y luego visitar, porque visitando los sitios sin saber de qué van se aprecian menos. Lo mejor es visitar la exposición permanente del Museo Arqueológico Regional y leer detenidamente su guía, que conduce a otras lecturas”.

Si empezamos por los restos paleontológicos más antiguos de toda la comunidad hay que fijarse en “una especie de iguana como la sacada en la propia roca de Pinilla del Valle”. “Son restos mesozoicos (entre 252 millones de años y 65 millones de años) de contextos marinos. En Madrid no tenemos dinosaurios porque en aquella etapa toda su región estaba ocupada por el mar de Tetis, así que Madrid era un mar, nos recuerda el arqueólogo.

 

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La cueva del Reguerillo, próxima al pueblo de Patones de Arriba. Foto: Turismo de Patones

 

Las manifestaciones artísticas más antiguas de la región, que corresponden al paleolítico, se encuentran en la Cueva del Reguerillo, en Patones. Más adelante, Madrid también acogió la cultura del vaso campaniforme, que se desarrolla entre el 2.900 y el 2.500 A.C. y que toma su nombre de la característica vajilla con forma de campana invertida y ricamente decorada. La mayoría de los vasos campaniformes hallados en el interior de la Península se denominan ‘estilo Ciempozuelos’ por el lugar donde se encontró su primer yacimiento. “El de Humanejos, entre Parla y Getafe, es de los yacimientos campaniformes más importantes de Europa porque aparecieron muchos materiales”.

Ya en la última década del pasado siglo, y por casualidad, se descubrieron los yacimientos prehistóricos del Cerro de los Batallones, en Torrejón de Velasco, “el yacimiento más importante del mundo en grandes mamíferos de la era terciaria”, destaca el experto.

 

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La ruta del agua a su paso por un azud o represa del madrileño arroyo Meaques. Foto: Caminar el agua

 

De los neandertales a los carpetanos

Avanzando en el tiempo, el ‘Valle de los Neandertales’ de Pinilla del Valle incluye siete yacimientos que abarcan desde el último tercio del Pleistoceno Medio hasta mediados del Superior (300.000-40.000 años antes de la actualidad).

“Llamamos al Valle Alto del Lozoya ‘Valle de los Neandertales’ porque era un paraíso para ellos. Dormían en las cuevas, pero durante todo el día campeaban por ese valle, como hacen todos los grupos de cazadores recolectores”, explica Enrique Baquedano. Detalla que existen tres clases de yacimientos. Por un lado, los cubiles de hienas, que proporcionan una representación fabulosa del entorno faunístico, ya que se utilizaban para trasportar las carcasas de las presas. Luego, yacimientos donde vivieron los neandertales, con todos los restos de su actividad en torno a las fogatas, que eran el centro de su vida. Y, por último, lo que convierte a Pinilla en uno de los yacimientos más importantes a escala mundial ahora mismo, que es la cueva donde ha aparecido una sala llena de trofeos de caza. “Se trata de herbívoros con cuernos (rinocerontes, bisontes europeos, el uro —antecesor del toro de lidia— y ciervos) de los que exponen la parte superior de la cabeza y el trofeo, como hacen los cazadores de nuestros días”.

Antes de la ocupación por el Imperio Romano, la tribu carpetana ocupaba el territorio central de la Península Ibérica, y en Madrid tiene su mejor representación gracias a yacimientos como el del Llano de la Horca, en Santorcaz, donde más intensamente se ha trabajado. Su excepcionalidad deriva de haber sido “abandonado a toda prisa por los carpetanos, que se dejaron atrás todos sus enseres; así que en las excavaciones que he dirigido yo mismo desde 2001 al 2009 hemos rescatado mucho de su equipamiento doméstico”, señala Baquedano.

 

Roma y los Visigodos

Siguiendo nuestro recorrido temporal, llegamos a los romanos, y es inevitable detenerse en Complutum (la actual Alcalá de Henares). El director del museo allí ubicado explica que se trató de “una ciudad importante en la vía A-XXV relativamente tardía, ya que hasta el siglo segundo los romanos quedaron instalados en la ciudad republicana más importante de todo el interior de la Península Ibérica descubierta en el Cerro de San Juan del Viso”. Sólo cuando se ven más seguros porque adquieren un mayor control del territorio y tienen menos necesidad de vigilancia, los romanos se decidieron a bajar al río para fundar Complutum. “Una parte del subsuelo se destruyó con la expansión de la ciudad actual en los años 60, pero otra parte se conserva bastante bien y se está trabajando en ella”, concluye.

 

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Ruinas de Complutum. Foto: Madrid.org

 

Dentro de Complutum destaca la “Casa de Hippolytus”, de los pocos colegios para jóvenes conocidos de la Hispania Romana, que recibe el nombre del creador de su magnífico mosaico, y en el extrarradio encontramos el yacimiento de El Encín que conserva una vía romana, “pero donde también se han encontrado vestigios de ocupaciones previas en la Edad del Cobre y una necrópolis visigoda”. La aportación madrileña al conocimiento del mundo visigodo comprende necrópolis como la de Daganzo y la de Remedios, en Colmenar Viejo, con sepulcros excavados en la roca de los siglos VI y VII d.C.

 

Desde la época árabe a la Guerra Civil

En Madrid también hay importantes yacimientos de épocas sucesivas, como la andalusí, que corresponde a la ocupación árabe y cuenta con restos de la muralla primitiva de la ciudad y varias torres defensivas cerca del Palacio Real de Madrid. Del mismo período destacan Alcalá la Vieja (al otro lado del río en la actual Alcalá de Henares) y Calatalifa, en Villaviciosa de Odón. “Pero” —recuerda Baquedano— “también tenemos asentamientos judíos posteriores muy importantes en Torrelaguna y otros, aunque suelen ser contextos urbanos que se han vuelto a ocupar por lo que, desgraciadamente, no podemos excavar en extensión”.

La diversidad de yacimientos en la Comunidad de Madrid alcanza todas las épocas y culturas, sin olvidar la medieval cristiana, con ejemplos como la necrópolis de Sieteiglesias o el conjunto mudéjar de Cadalso de los Vidrios, hasta llegar casi a la contemporaneidad, con los vestigios de la contienda civil del siglo XX. Cada época nos ha dejado algo, una prueba de su existencia, un indicio para adentrarnos en un pasado que sigue viviendo en el subsuelo de Madrid.

12 febrero 2021

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Madrid Nuevo Norte


12 febrero 2021

por Madrid Nuevo Norte